VINO DEHESA LA GRANJA- COSECHA

En tierras zamoranas se encuentra esta bodega que respeta el entorno y se integra en él. Considerada una de las fincas más bonitas que pueden existir en el mundo del vino, sus casi 800 hectáreas se extienden a orillas del río Guareña.

Hace casi tres lustros que Alejandro Fernández, uno de los más laureados bodegueros españoles y alma Mater del Grupo Pesquera, estableció un nuevo proyecto vitivinícola en Vadillo de Guareña, provincia de Zamora. Allí, plantó cepas procedentes de Pesquera de Duero de la musa que tantos éxitos le ha reportado, la variedad tempranillo, rehabilitando una antigua bodega que ha modernizado y que cuenta con una cava subterránea de más de tres siglos donde los vinos se crían en un ambiente inmejorable

De esta bodega Impresiona la nave subterránea donde duermen y reposan sus afamados vinos. Durante 17 años, desde 1.750 hasta 1767, 125 hombres en la oscuridad y el silencio, que sólo rompían sus golpes, fueron ganando espacio a la piedra hasta conseguir un curioso laberinto de pasillos, que superan los 3.000 metros cuadrados.

Aparte de la elaboración de vinos, la finca se destina a otros cultivos agrícolas y a la ganadería, lo cual les permite comercializar aceite, queso y garbanzos, 100% naturales, procedentes de la propia finca. Además, las materias primas que aquí se recolectan y las reses que cuidan, abastecen a su restaurante. Todo un lujo para los amantes de la buena mesa.

VINO DEHESA LA GRANJA- COSECHA

D.O. Vino de la Tierra de Castilla y León

Las extensas cuevas de la bodega, excavadas en la piedra durante el siglo XVIII, además de muy bellas, son el lugar perfecto para que vino y madera se cortejen: silencio, oscuridad, temperatura constante y humedad equilibrada. El resultado es el vino Dehesa la Granja, noble e intenso... “que se niega a abandonar nuestra boca y nuestro recuerdo”.

Nacido en la Finca la Dehesa, un hermoso y enorme paraje ubicado en la comarca de la Tierra del Vino de Zamora donde además de la uva se cultivan otros frutos, este vino nos sorprende por su gran carga de fruta madura y un buen manejo de la crianza en barricas de roble americano durante dos años. La añada 2009 sale al mercado después de haberse redondeado 36 meses en botella, un periodo más prolongado que las anteriores añadas. El resultado es un tinto sabroso, potente y con una larga persistencia final.

De color rojo guinda con un ribete granate intenso. Limpio y brillante. Intenso en nariz agradable, con aromas a fruta negra en confitura junto a notas tostadas, especiadas y recuerdos balsámicos. En boca es un vino con estructura notable. Potente, con un toque carnoso en su paso por boca, bien dotado de acidez. En el paladar aparecen recuerdos frutales y toques a madera como especias clásicas de la gastronomía española como la pimienta. En el final largo, vuelven a aparecer los frutos rojos dejando un recuerdo inolvidable que aparecerá́ tras unos minutos para invitar a probar otra copa.

Como todos los vinos de Alejandro Fernández, es recomendable posicionar la botella de forma vertical una hora antes de degustarla y descorchar pasados 30 minutos. Tras la decantación, empezará a mostrar sus mejores cualidades pasados 25 minutos en el decantador.

TEMPERATURA DE CONSUMO: 16ºC 

GRADUACIÓN ALCOHÓLICA: 14%